Somos conscientes de que crear espacios preparados para niños es quizás un poco artificial. Ojala el mundo estuviera preparado para los pequeños igual que para los adultos pero de momento parece que niños, ancianos y animales no tienen un hueco en nuestras ciudades. En la calle solo el tráfico hace imposible la libre circulación y los pequeños deben ir en carritos, de la mano o dirigidos constantemente por adultos. El espacio reservado a ellos se concentra en áreas de juego la mayoría de ellas sobre asfalto con unos pocos columpios y un tobogán.
Sabemos que en la primera infancia se realizan las conexiones neuronales mas importantes, formamos los cimientos sobre los que construimos mas tarde todos los conocimientos…Y estas conexiones se hacen en la interacción autónoma con el medio o lo que es lo mismo, mediante el juego libre.
Mas juego libre tiene un niño mas fuertes serán los cimientos de su casa.
Y para que el juego libre sea verdaderamente libre se necesita un ambiente tranquilo, con adultos disponibles y contacto con la naturaleza, con la posibilidad de moverse con libertad, pisando sobre la tierra, hierba o arena. Con la posibilidad de poder expresarse, de poder elegir, de poder probar, experimentar… en un entorno donde hay tiempo y escucha.
En un espacio preparado el niño siente que la vida ha pensado en ellos y en sus necesidades. El niño siente que se le ha tenido en cuenta y por tanto se siente amado.
La tranquilidad que le da este espacio le permite ser mas autónomo e ir liberándose poco a poco de sus dependencias y dedicarse plenamente a su actividad natural por excelencia: el juego.
Ojála no tuviéramos que crear espacios preparados para niños y la calle fuera un lugar de crecimiento para todos….ojalá nuestras ciudades , nuestros pueblos, hubieran pensado en los niños igual que en los coches…De momento y hasta que todos nos demos cuenta de que los niños son la esperanza, seguiremos creando estos pequeños lugares donde puedan sentir que si hemos pensado en ellos.
.
